LA FIESTA DE SAN FERMÍN.
1. ORIGEN DE LOS SANFERMINES.
En el origen de los Sanfermines parecen congregarse los caminos de la religión, la ganadería y la tauromaquia. San Fermín era, según se cree, el hijo de un gran jefe romano de Pamplona en el siglo III. San Saturnino, un misionero francés que se encontraba en un viaje evangelizador por la península ibérica, le convirtió al cristianismo.
Al contrario de lo que se piensa de manera popular, San Fermín no es el patrón de Pamplona, sino de la Comunidad Foral, mientras Saturnino ostenta el título del verdadero patrón de la capital navarra.
Ordenado como sacerdote en Toulouse, Francia, San Fermín volvió a la capital navarra como obispo, pero finalmente fue decapitado en la ciudad de Amiens, en el norte de Francia, a principios del siglo IV. Fue este martirio el que le valió al primer obispo de Pamplona su ascenso a la categoría de Santo, por lo que todo apunta a que el culto al obispo ya estaba extendido antes de que comenzaran los Sanfermines.
Sin embargo, respecto a este relato, Solano afirma que “hay que poner[lo] en tela de juicio, no hay ningún dato documental que demuestre que San Fermín existió. Curiosamente, la veneración por San Fermín es es relativamente tardía, hasta el siglo XIV no existía ningún rito respecto a este santo”.

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